El marketing de influencers es un gigante que no deja de crecer. Solo en 2024, esta industria movió más de 21 mil millones de dólares a nivel global, y se espera que supere los 24 mil millones en 2025, según datos de Influencer Marketing Hub. Marcas grandes y pequeñas dependen cada vez más de creadores de contenido humanos para conectar con audiencias, generar confianza y mover productos.
Pero… ¿y si los influencers ya no fueran humanos?
Ese es el nuevo escenario que está captando la atención (y los presupuestos): la llegada de los e-nfluencers, personalidades digitales creadas con inteligencia artificial que generan contenido, colaboran con marcas y acumulan seguidores, sin existir en el mundo real.
¿Por qué están acaparando la atención?
Primero, son escalables: no tienen agenda, costos logísticos ni errores humanos. Las grandes marcas pueden generar campañas visuales constantes a una fracción del costo que requeriría un influencer humano (Browser Media). Además, muchos millennials y Gen Z ya interactúan con ellos sin reparos: la narrativa digital, estilizada y coherente, tiene su propio atractivo (ABC News).
Según una encuesta, casi el 60 % de los anunciantes planean usar e‑nfluencers en el próximo año, y el gasto global en marketing de influencers supera los 32 mil millones de dólares en 2025 (Market Edge).
entre el hype y el riesgo
Los influencers creados con inteligencia artificial están reescribiendo las reglas del juego en el marketing digital. Pero como toda innovación, vienen con ventajas prometedoras y desafíos reales.
Por un lado, ofrecen ventajas claras:
Costo y control total: Las marcas pueden diseñarlos desde cero, programar sus mensajes al detalle y asegurarse de que todo salga según lo planeado, sin agendas, egos ni imprevistos.
Alta visibilidad y curiosidad inmediata: Su mera existencia genera conversación. Inspiran memes, viralidad y cobertura gratuita simplemente por ser nuevos, diferentes y visualmente impactantes.
Escalabilidad creativa: Pueden hablar múltiples idiomas, cambiar de estilo en segundos y adaptarse a cualquier campaña, sin perder coherencia visual o narrativa.
Pero también traen riesgos importantes:
Falta de autenticidad: En un entorno donde el 82 % de los usuarios ya desconfía del contenido en redes sociales, no dejar claro que un personaje es creado por IA puede erosionar la confianza en la marca.
Crisis de credibilidad: Los e-nfluencers pueden funcionar muy bien para campañas visuales o de awareness, pero fracasar en tareas que requieren conexión emocional o testimonios reales.
Debate ético y backlash: El uso encubierto de IA puede desatar críticas. La transparencia no es solo buena práctica: es clave para evitar una crisis reputacional.
Fatiga de IA: Si todo se ve artificial o impersonal, el público lo nota. La autenticidad es hoy más valiosa que nunca.
Los e‑nfluencers representan una nueva frontera en marketing digital: imágenes perfectas, narrativas controladas y capacidad de viralización sin límites. Son especialmente atractivos para audiencias digitales jóvenes y marcas que buscan innovar sin una logística compleja. Pero el verdadero desafío —y oportunidad— está en usarlos con propósito, responsabilidad y autenticidad. Cuando la IA amplifica tu mensaje sin reemplazar tu voz, creas una experiencia memorable, escalable y eficiente.
Para nosotros como marketeros y estrategas, este es el momento de observar, aprender y, cuando tenga sentido, experimentar. Porque la publicidad del futuro ya habla con voces que no existen… pero dejan huella.